Si te gusta
Hopper, te encantará Gregory Crewdson. Suena a tópico de tráiler de película de
acción, pero es la mejor forma de presentar la obra de este fotógrafo,
claro heredero del estilo cinematográfico del pintor estadounidense.
Como
Edward Hopper, Crewdson habla de angustia y soledad. Los dos
representan instantes misteriosos en los que el espectador debe jugar a
imaginar la historia, como si se tratara del fotograma de una película
de la que no sabemos el principio ni el final.
Resulta muy curioso que un fotógrafo se inspire en un pintor para elaborar instantáneas casi cinematográficas. Para cada una de sus imágenes, Crewdson trabaja durante días como un director de
cine: construye decorados, crea un story board, contrata iluminadores,
maquilladores, decoradores y técnicos de efectos especiales (en este vídeo se ve cómo trabaja). El
resultado es esta curiosa mezcla de Hopper con toques de David Lynch
que encanta y desagrada a partes iguales.
Pero
lo más sorprendente de todo es que, a pesar del parecido entre estas obras, hay cierto toque de misterio que se
pierde en el paso del lienzo a la fotografía. Al compararlas parece que la imagen real,
por muy cuidadosamente retocada que esté, no alcanza el mismo poder
evocador que la pintura. ¿Qué te parece? Déjanos tu opinión.
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