miércoles, 2 de noviembre de 2011

Guía práctica para ser un buen "voyeur"

Esta semana en Hoy por Hoy Madrid, Cadena Ser, hemos hablado de la exposición "Observados: voyeurismo y vigilancia" que puede verse en la Fundación Canal (Madrid). Antes de convertirte en mirón, escucha:


 
M. Alpern, Dirty Windows
1994 
Dicen que el único momento en el que nos mostramos tal y como somos, sin fingir, es cuando creemos que nadie nos ve. Por eso muchos artistas se han empeñado en espiar a los demás para fotografiarles en momentos íntimos.

Algunos se las han ingeniado mucho para lograrlo, como demuestran algunas de las obras que muestra la Fundación Canal. Cammie Toloui, por ejemplo, se metió a trabajar como stripper para poder mostrar la lujuria de los hombres que acudían a verla desnudarse.

Merry Alpern se pasó noches enteras asomada a la ventana del apartamento de un amigo en Manhattan, desde donde se veía la fenética actividad de sexo y drogas de un burdel de lujo.

Kohei Yoshiyuki, The Park, 1971
El japonés Kohei Yoshiyuki fue aún más lejos. Se hizo pasar por uno de los mirones que cada noche se reunía en un parque de Tokio. Allí, ocultos en la oscuridad, espiaban e incluso metían mano a las parejas que acudían a mantener relaciones sexuales. Las fotografías, tomadas con cámara de infra-rojos, muestran cómo los voyeurs salen de entre los arbustos y soban a las chicas sin que ellas se den cuenta.

Shizuka Yokomizo, Stranger, 1998
Pero quien crea que a todo el mundo le espanta la idea de que le espíen, está equivocado. Shizuka Yokomizo consiguió en su serie "Strangers" que auténticos desconocidos posaran para ella. Dejaba cartas en diferentes habitaciones de hotel en las que informaba de que por la noche, a una hora determinada, estaría en la ventana de enfrente haciendo fotos del interior de la estancia. Si el sujeto quería ser retratado, sólo tenía que descorrer las cortinas. A algunos, además,  les daba por quitarse la ropa.

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