martes, 21 de julio de 2015

Tu foto de Instagram a 90.000 dólares

Foto de Doe Deere en Instagram que Richard Prince ha usado para su obra.

Un día Doe Deere empezó a recibir multitud de mensajes de amigos y conocidos. Una foto suya, que ella misma había subido a su cuenta de Instagram, había sido vendida en la feria de arte Frieze de Nueva York por 90.000 dólares. Era la primera noticia que tenía y, por supuesto, no ha visto ni un sólo céntimo de ese dinero. Entonces, ¿quién ha cobrado el cheque?


La exposición 'Nuevos retratos' de Prince.
La fotografía hecha por Doe, una pequeña empresaria que vende su propia línea de maquillaje, acabó llenando los bolsillos de uno de los artistas más ricos del mundo, Richard Prince. Famoso por apropiarse de imágenes de otros para sus creaciones, Prince buceó en Instagram y seleccionó varias fotos colgadas por personas anónimas, la mayoría mujeres en actitud sensual. Hizo una captura de pantalla de cada una de ellas, las amplió y ya tenía lista su última exposición de éxito. 'Nuevos retratos', así la llamó, se inauguró en la Gagosian Gallery de Madison Avenue, uno de los lugares de venta de arte más exclusivos del mundo, y volvió a exhibirse en la feria Frieze. Prince no pidió permiso a ninguno de los autores de las fotografías ni tampoco compartió con ellos los beneficios de venderlas (algunas llegaron a pagarse por casi 100.000 dólares).


Foto de Karley Sciortino usada por Prince
A Doe Deere no le molestó que Prince usara su imagen y hay incluso algunas afectadas que se sienten orgullosas de ello, como Karley Sciortino, una bloquera que trabaja para Vogue: "Richard Prince es un artista enormemente exitoso que ha construido su carrera a base de hacer exactamente lo mismo que está haciendo ahora. Personalmente siento que es un honor que me incorpore a su obra de arte".
Sin embargo a Anna Collins no le ha hecho tanta gracia: "Soy estudiante y trabajo, estoy sin blanca... y aparece este hombre sacando beneficio con mi imagen. Me pone enferma. Yo podría usar ese dinero para pagarme las clases".

Entre las más enfadadas con Prince está Selena Mooney, fundadora de la web erótica Suicide Girls, que ha decidido protestar sacándole también algo de beneficio a su foto. Vende la misma imagen por la que Prince pide 90.000 dólares, pero a un precio muchísimo menor: 90 dólares.


Montaje con el que Selena Mooney vende su foto.
El rey del plagio legal

No es la primera vez que Richard Prince, cuyo arte se basa en la apropiación y modificación de imágenes que encuentra en prensa, publicidad, etc., recibe acusaciones de saltarse los derechos de autor. En 2013 le ganó un juicio al fotógrafo Patrick Cariou, que le acusaba de haber plagiado varias de sus obras. El juez consideró que las modificaciones que hace Prince a los originales alteran la imagen lo suficiente para poder considerarse una nueva pieza.

¿Ocurre lo mismo aquí? Individualmente, la transformación que el artista hace de cada una de las fotos de Instagram es muy pequeña: simplemente publica en la red social un comentario a cada imagen y amplía la captura de pantalla. Sin embargo, al escoger esas fotos en concreto, ampliarlas para darle un aspecto de "obra de arte" y colgarlas todas juntas en una sala de exposiciones, Prince ha creado un mensaje nuevo que por separado en Instagram no tenían. 


Izq: Foto de Patrick Cariou. Dcha: obra de Prince.
Prince utiliza todas las fotos así expuestas para decirnos cómo ve la sociedad contemporánea: hipervisual y sexualizada donde nuestra propia imagen reproducida y compartida miles de veces se ha convertido en parte fundamental de nuestra identidad. Si la forma de plasmar este mensaje es interesante o no, eso ya es otro debate. Pero lo que está claro es que crea algo nuevo.

Siguiendo la lógica de quienes critican a Prince por estas copias, Duchamp debería haberle pagado derechos de autor a los obreros que fabricaron su famoso orinal. Al fin y al cabo, el artista francés no hizo más que comprarlo, firmarlo y exponerlo como obra de arte. Sin embargo aquí, como en el caso de Instagram, es la idea y no el objeto lo que tiene valor.

Eso sí, la polémica muestra claramente las contradicciones del mercado del arte contemporáneo, donde algo que no vale nada puede convertirse en oro si lleva asociado el nombre fetiche de un artista famoso. Tanto es así, que las propias personas plagiadas se han beneficiado: como Doe Deere, que vende por todo el mundo la muñeca de pelo azul con la que sale en la foto y que gracias a la atención de los medios ha dado a conocer su marca de maquillaje como nunca habría imaginado.
Izq: Anuncio Marlboro. Dcha: Obra de Prince a partir del anuncio



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