domingo, 5 de febrero de 2017

La musa olvidada de Dalí


























Durante sus primeros años de carrera, la musa de Salvador Dalí fue su hermana Anna María. Ella es la protagonista de esos retratos sentimentales en los que aparece asomada a la ventana o mirando de espalda paisajes de Cadaqués.

Pero un día apareció Gala y la familia saltó en pedazos. Anna María no soportaba a su cuñada porque, según decía, cambió completamente a Salvador y le introdujo en el oscuro mundo del Surrealismo. "Es como si hubiera muerto", escribió. Según contó en un libro de memorias, el pintor era un joven tranquilo y formal hasta que apareció ella con sus extrañas ideas sobre el subconsciente y le convirtió en "un ser insincero, agresivo y despótico".

La ruptura se extendió a toda la familia cuando Dalí dijo públicamente que "cada mañana escupía sobre el retrato de su madre". Su padre le expulsó de la familia y aunque sellaron alguna breve tregua, la relación no volvió a arreglarse nunca del todo.

Mas allá de estas peleas, la historia de Anna María Dalí ha pasado injustamente desapercibida, pese a ser protagonista de algunas pinturas icónicas del arte del siglo XX. Durante la Guerra Civil fue acusada de espionaje y torturada durante 17 días en un cárcel de Barcelona. Salvó la vida gracias a una crisis nerviosa aguda que obligó a sus guardas republicanos a liberarla.

Publicó unas memorias para tratar de limpiar el nombre de su familia ante los ataques de Salvador. Gracias a esos textos, los historiadores han podido completar el perfil biográfico y psicológico del artista. Una pena que, por contra, sepamos tan poco de ella.

[La obra 'Figura de perfil' (arriba a la derecha) sale por primera vez a la venta el 2 de marzo de 2017 en Bonhams por un precio estimado de entre 930.000 y 1.400.000 €]


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