domingo, 13 de mayo de 2012

Una belleza racista. Hoppé en Fundación Mapfre


¿Puede una mujer de raza negra ser considerada guapa? Hoy nadie duda en decir que sí, pero a principios del siglo XX el ideal de belleza femenina en Europa era estricto: mujer blanca, de clase social alta y rasgos delicados. Las mujeres de otras razas podían ser "voluptuosas" o tener un erotismo "exótico", como las retrataba Gauguin, pero no eran consideradas guapas en el sentido tradicional.
Emil Otto Hoppé fue de los primeros fotógrafos en atreverse a romper estos prejuicios. En 1922 publicó El libro de las bellas (The book of fair women), donde, a través de 32 retratos de mujeres de diferentes razas, comparaba en igualdad de condiciones a delicadas modelos blancas con jóvenes negras de clase baja, latinas o indias.

Hoppé era uno de los autores más famosos en el Londres de los años 20 y 30 (retrató a la familia real británica, Einstein, Mussolini...) pero además trabajaba como fotógrafo de moda en desfiles y concursos de belleza. Esa experiencia a medio camino entre lo intelectual y lo más superficial fue clave en su lucha por acabar con los tabúes racistas.

El escándalo fue enorme entre la alta sociedad londinense y a punto estuvo de costarle su carrera. Ahora la Fundación Mapfre (Madrid) nos presenta varios de estos retratos para que valoremos el esfuerzo de Hoppé con ojos del siglo XXI.

Un trato que destrozó su carrera
La historia de cómo Hoppé cayó en el olvido es casi increible. Era uno de los fotógrafos más prestigiosos de su tiempo, pero hoy es casi un desconocido para el gran público. La culpa de esto la tuvo un muy mal negocio.

En 1954, cuando tenía 76 años, Hoppé vendió sus fotografías a un archivo comercial, la Mansell Collection, dedicado a ofrecer imágenes para ilustrar libros y revistas. Lo único que le interesaba de las fotografías a esta empresa era el tema del que trataban: por ejemplo, si un periódico necesitaba ilustrar un reportaje sobre trabajo industrial, le vendía imágenes que mostraran obreros en fábricas. Por esta razón práctica clasificaron la obra de Hoppé sólo por asunto y no por autor. De esta forma, resultaba imposible encontrar en el archivo fotografías clasificadas bajo el nombre del artista y con los años fue olvidado.
Sólo en los años 90, cuando varios herederos de Hoppé se decidieron a rebuscar en los ficheros, empezaron a revalorizar al fotógrafo. Exposiciones como esta tratan de devolverle el puesto que una vez tuvo en el mundo del arte.

- "Hoppé, el estudio y la calle" en Fundación Mapfre (hasta el 20-05-12)

- Te cuento más en la sección de arte del programa Hoy por Hoy Madrid, en la Cadena SER:

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